lunes, 16 de junio de 2014

CON EL MOÑITO PUESTO

¡GRITALO! ¡GRITALO! ¡GRITALO! Leo se saco la bronca con su golazo.

A los 3 minutos Argentina se encontró con un gol. Sí, se lo encontró ya que no lo busco nunca.
La cosa fue así. Foul sobre la izquierda. De esa pelota parada sale un centro muy lindo al corazón del área (entre el punto del penal y el área chica, esas pelotas que el arquero no sabe si salir o quedarse), Rojo se eleva y tiene todo el arco de frente pero la peina al segundo palo (pegale el frentazo, pibe), la pelota rebota en el taco / pantorrilla de Kolasinac y se mete despacito.
¡Uno a cero! Increíble. En la primera pelota que cayo en el área de los bosnios facturamos.
Pero, ¿que paso después de eso?
Del lado argentino no paso nada. Absolutamente nada. Sabella salio con 5 defensores y dos delanteros. Y, de casualidad, ganaba 1 a 0. Se dedico a esperar. Cuando tiene la pelota no profundiza, hace un toque intrascendente en el medio y para atrás. Espera a Bosnia metido en su campo. Defiende con nueve jugadores detrás de la línea de la pelota pero no presiona. Espera. Junta gente atrás y espera.
Y, Bosnia se agranda. Va a buscarlo, no tiene mucho pero va. Con más corazón y amor propio que fútbol. Con un pelotazo para que Dzeko la baje o la aguante. Una pelota parada o un centro al área. Un tiro libre directo o un corner. Con eso buscaban los dragones.
Y tuvieron un par.
En el primer tiempo Argentina fue lento. Tiene más la pelota pero no hace nada. No tiene ideas. No toca, no se junta. No juega a las espaldas de los defensores tirando una diagonal. No pasa Di Maria al ataque metiendo un cambio de ritmo. Messi baja a buscar la pelota, cuando gira para encarar lo rodean y pierde o toca para atrás. Agüero está perdido entre los centrales contrarios.
¡No hay sorpresa!
Bosnia tiene menos la pelota pero, con muy poco, es más vertical.
El primer tiempo fue un bodrio. Argentina encontró (no lo hizo, ni siquiera la metió adentro uno de celeste y blanco) un gol al principio del partido y los otros 45 minutos toco para atrás.
Las pocas emociones que hubo fueron de Bosnia.
Parece que el técnico argentino se avivo y mete dos cambios. Gago e Higuaín. Cambia el esquema. Ya no quedan cinco en el fondo y pone tres adelante. Sin dudas, busca ser más ofensivo y manejar más el medio con Gago.
Al principio parecía que no cambiaba mucho. Argentina seguía con el freno de mano puesto.
¡Pasalo a nafta!
Hasta que a los 54 se juntaron Messi (que se volvió a tirar atrás para buscar la pelota), Gago y Di Maria. Le llego al Kun y definió mal. Pero, por fin tiraron una pared. Por fin se juntaron. Por fin empezaron a jugar un poco.
Bosnia no tiene nada, es técnicamente limitado pero intenta. Un centro, un corner, la pegada de Pjanic o la cabeza de Dzeko. Los europeos son puro corazón y con eso solo están más cerca que los sudamericanos.
Pero, de golpe apareció Messi (tener en el equipo al mejor jugador del mundo tiene esas ventajas, te saca un conejo de la galera en cualquier momento) e hizo uno de esos goles que Lio mete en el Barca. La agarro en tres cuartos y encaro, toco con el Pipita Higuaín que le hizo perfecto de pívot. La pulga piso para adentro, se saco uno de encima y la puso lejos del arquero, abajo, al lado del palo. ¡GOLAZO!
Se despertó Messi y empezó a levantar Argentina. Se contagia Di Maria y aparece por la banda izquierda. Los de Sabella se adueñan de la pelota. Se juntan los de arriba.
Argentina es mucho más vertical que antes, deja de ser lento. Cuando agarran la pelota Di Maria o Messi y le meten velocidad el partido es otra cosa.
Bosnia sigue con lo suyo. No tiene mucho fútbol pero tiene un par de ideas claras. Toca, busca hacerse ancho, va por afuera. Y, tanto va el cántaro a la fuente que al final…
A los 85 minutos marco mal Federico Fernández. Metieron  la bocha, Ibisevic tiro la diagonal y le gano la espalda. Después le pego por entre las piernas de Romero que achicaba. ¡Dos a uno! A sufrir cinco minutos.
Sale Agüero y entra Viglia. Dos líneas de cuatro y a aguantarlo. Argentina maneja la pelota y los tiempos. Bosnia quiere encontrar el milagro.
¿Por qué siempre se termina viendo a la selección con el moñito puesto?  

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