viernes, 11 de julio de 2014

PRÓXIMA PARADA: RÍO DE JANEIRO (ESTADIO MARACANÃ)

"La fiera" y "Chiquito": uno metió el último otro atajo dos. Argentina finalista
La Argentina le gana por penales a Holanda y, después de 24 años, se mete en la Final de la Copa del Mundo. Listo, puede dejar de estar con el corazón, u otra parte del cuerpo, en la garganta.
Puede respirar de nuevo. Aflojarse. El ritmo cardíaco vuelve a ser, más o menos, normal y la angustia le da paso a una euforia contenida que se transformó en festejo.
Si corre alguna lágrima por la mejilla es de alegría, como esas que rodaron por la cara de Mascherano, el gran símbolo de esta selección.
En los primeros 45 minutos los equipos salieron a estudiarse, aunque en realidad parecía que se conocían de memoria. Ambos conjuntos estaban bien parados en defensa. Holanda contuvo a Messi con un Nigel de Jong que lo siguió por todos lados. Atrás del 6 holandés siempre uno o dos jugadores más escalonados esperando al 10 de Argentina. Un planteo táctico similar fue el de Sabella. Puso a Mascherano sobre Robben y a Biglia encima de  Sneijder atrás escalonados y esperando aparecían los centrales, Enzo Perez, Zabaleta o Rojo según el sector de la cancha por donde se jugara.
Era un partido de ajedrez. Y, no cambio mucho en los segundos 45. La principal diferencia fue que Holanda se paró unos metros más adelante. Llegando al final de los 90 Sabella probó con Agüero y Palacio intentando ser un poco más profundo. Pero nunca ninguno de los ataques agarro mal parada a la defensa contraria.
Los oranje apretaron el acelerador sobre el final. En la única que Robben logro colarse entre los centrales llego justo Mascherano a cruzarlo en el área chica. Fue un gol del 14 argentino. Le dio vida a la selección para llegar al suplementario.
En el alargue Argentina se iba apagando con el correr de los minutos. Messi se había desconectado, el público se dio cuenta y empezó a corear su nombre.
Los últimos 15 minutos Argentina se despertó y estuvo un poco más cerca. Palacio tuvo una dentro del área que definió mal con un cabezazo a las manos de Cillessen. Dos minutos después Messi salió del letargo, desbordo por derecha, llego a la línea de fondo y metió un centro pasadito para el recién ingresado Maxi Rodríguez que no la pudo agarrar de lleno y le pego flojo.
Era el momento de los penales. Empezó pateando Holanda y “Chiquito” se hizo gigante para taparle el primero de la serie a Ron Vlaar. Después se lucio con una estirada sobre su derecha para sacarle el tercero a Sneijder que le había pegado al lado del palo. Por Argentina convirtieron Messi, Garay y Agüero. Para Holanda anotaron Robben y Kuyt.
En el cuarto penal todo quedo entre Maxi Rodríguez y Cillessen, El argentino le apunto fuerte al medio, lo fusilo. El arquero llego a tocarla pero la potencia del remate hizo el resto y se metió.
Fueron 120 minutos jugados a pura garra pero también con la cabeza. Con el corazón de Mascherano para cruzar, cruzar y seguir cruzando hasta cuando no le daban las piernas. Con Enzo Perez que demostró ser un volante mixto con gran despliegue, dejando todo cuando le toca marcar pero también demostrando que es inteligente cuando se proyecta bien en ofensiva. Con Biglia haciendo un trabajo que nadie ve, los relevos, pero que es importantísimo para ocupar espacios y no quedar descompensado. Con la firmeza de Demichelis y Garay en el fondo para ganar por arriba o por abajo.
Parece mentira, vinimos a ver a los cuatro fantásticos y con miedo a la defensa. Llegamos a una final, en gran medida, gracias a nuestro sistema defensivo. Hoy los 4 fantásticos son: Garay, Demichellis, Mascherano y Biglia.
Por los dos penales que atajó Romero, por el último penal en el que Maxi Rodríguez le rompió el arco a Cillessen o por esa pelota en la que Masche cruzó justo a Robben a los 90 minutos para llegar al alargue.
Siempre se sufre.
Todo cuesta demasiado, se necesitaron 120 minutos y 8 penales para ganarle a Holanda. Ese fue el precio que se pago para sacar un boleto de ida al Río de Janeiro, Estadio Maracanã, para el domingo 13 de julio.

Argentina, por quinta vez, juega la final del mundo.

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